
Admirar a una persona es de las cosas más bonitas que pueden suceder en la vida. Cuando no sólo existe la atracción física, sino una adoración a la personalidad, ideología y modus vivendi, se crea una marca permanente que evoca una inmensa sonrisa interna; la más hermosa de las sonrisas.
OHGG, Abril 2019
Poseedora de singular mirada
Sus palabras pasan como bocanada
Bueno, malo; se expresa con franqueza
Sin rechistar, sin pensar en delicadeza
Fragilidad, su eterna mentira
Ternura, su inevitable apariencia
Argumentar desencadena su ira
Soledad, su efímera esencia
Personalidad fascinante
Presencia enervante
Misteriosa, envenena
Irresistible condena
Sonrisa que provoca soñar
Voz que transmite paz
Piel y cabello que hacen temblar
Sublime desde cualquier faz
Sembradora de ilusiones
Inspiración de canciones
Emana luz generando atracción
Promesa de felicidad y pasión
El deseo de un abrazo, perfecto manto
Inútil esfuerzo para mantener la calma
Imposible olvidar el sutil encanto
Cualquiera se rinde ante su radiante alma
Creadora de un hechizo de aislamiento
Se descubre de pronto con remordimiento
Insegura, titubea sin razón
Nobleza abunda en ese gran corazón
Reservada, un tanto indescifrable
Ante un estímulo, permanece inerte
A veces fría, resulta inalcanzable
Mas riqueza es y en tesoro se convierte